En el barrio de El Raval, en Barcelona, los muros hablan. Colores vibrantes, frases poderosas y rostros de esperanza llenan las calles gracias a la iniciativa de Ana Yudelkis, una psicóloga y muralista cubana que está transformando la salud emocional de jóvenes migrantes a través del arte urbano.
Cada mural es un proyecto colectivo. Antes de pintar, Ana lidera talleres donde adolescentes comparten experiencias, temores y sueños. Luego, juntos, plasman en la pared un mensaje de sanación.
“El arte no solo decora. También cura”, asegura Ana. Su labor ha sido reconocida por organizaciones de salud mental y derechos humanos, y ha sido replicada en otras ciudades.